Hoy vamos a preparar un desayuno típico y realmente fácil de preparar, churros caseros. Se tarda muy poco en hacerlos y no tienen nada que envidiar a los que venden envasados. Perfectos para tomarlos en el desayuno o merienda, podemos elaborarlos el día de antes y congelarlos para que solo tengamos que freírlos. Si queremos unos churros esponjosos por dentro los haremos más gruesos y si nos gustan más durillos los haremos finitos. Yo he utilizado un vaso como medida para hacer la masa pero lo que tenemos que tener en cuenta es que hay que utilizar el mismo volumen de agua que de harina.
INGREDIENTES:
- 1 vaso de agua
- 1 vaso de harina de fuerza
- Aceite de oliva (unas 4 cucharadas)
- 1 pizca de sal
PREPARACIÓN:
Para elaborar los churros empezamos poniendo un chorro de aceite de oliva en una olla junto a una pizca de sal y el vaso de agua. Cuando el agua empiece a hervir le añadimos la harina de fuerza (previamente tamizada) de golpe y removemos con una cuchara de madera fuera del fuego.
Sabremos que la masa está lista cuando ésta se despegue de los laterales de la olla y se haga una bola homogénea y nada pegajosa.
Cogemos una churrera e introducimos dentro la masa, le damos la forma que queramos ya sea de lazo, alargada, etc., y freímos en abundante aceite de oliva bien caliente hasta que se doren.
Pasamos a un plato con papel absorbente para quitarles el exceso de aceite y ya lo único que nos queda es disfrutar de nuestros churros bien calientes acompañados de un vaso de chocolate. Deliciosos.
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