Unas buenas natillas después de un almuerzo puede ser sin duda uno de los mejores postres que hay y si encima son caseras mucho mejor. Para hacerlas más ligeras las he hecho con leche desnatada, pero el sabor sigue siendo estupendo, con una textura realmente suave. Bueno, vayamos con la receta.
INGREDIENTES: (con estas cantidades salen unas 4 copas)
- 600 ml. de leche (yo he usado desnatada)
- 2 yemas de huevo
- 60 gr. de azúcar
- 70 gr. de chocolate para fundir
- 30 gr. de Maizena (si las queremos algo más líquidas, le ponemos menos)
- 4 galletas maría
- Lacas de chocolate blanco
PREPARACIÓN:
Empezamos disolviendo la Maizena en un vaso de leche fría (la cantidad de leche que usemos la descontaremos de los 600 ml.). Cuando la Maizena esté disuelta, le añadimos las yemas de huevo y removemos hasta que todo se mezcle. Reservamos.
Ponemos el resto de la leche en una olla, junto con el azúcar. Cuando se haya disuelto el azúcar y empiece a hervir la leche le añadimos la Maizena disuelta, pasada con un colador para evitar grumos.
Removemos bien y cuando veamos que empieza a espesar, apartamos del fuego e incorporamos el chocolate partido en onzas, cuantas más pequeñas mejor, así se fundirá antes.
Removemos muy bien y cuando esté todo el chocolate derretido y todo bien mezclado, vertemos las natillas en copas de postre.
Ponemos una galleta en cada copa y el chocolate blanco lo repartimos alrededor de la galleta.
Dejamos atemperar e introducimos en el frigorífico.
Ya tenemos preparadas nuestras natillas caseras, fácil ¿no?.
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