viernes, 22 de mayo de 2015

TARTA DE LIMÓN FRÍA

Con los días de calor que tenemos, de vez en cuando apetece un postrecito algo refrescante y que no sea muy pesado. Pues bien, con esta tarta de limón tendremos un dulce ligero, refrescante y que se prepara en poco tiempo. Ya veréis lo fácil que es de hacer y a los que les gustan los sabores cítricos, estoy seguro de que esta tarta le va a encantar.

INGREDIENTES:

- 200 gr. de galletas maría
- 80 gr. de margarina
- Canela en polvo
- 740 gr. de leche condensada
- 500 ml. de nata para montar
- El zumo de 2 limones
- La ralladura de 1 limón

PREPARACIÓN:

Empezamos preparando nuestra base para la tarta. Para ello, trituramos las galletas con la picadora hasta que quede un polvo, o si nos gusta encontrarnos trocitos de galletas las trituramos un poco menos.
Cuando las tengamos listas, añadimos la canela y la margarina derretida. Mezclamos todo hasta que quede hecha una masa y cubrimos la base de nuestro molde desmontable, al que previamente le hemos untado mantequilla en la base, cubierto las paredes con láminas de acetato e introducimos en el frigorífico. Reservamos. 
Para hacer nuestra crema de limón ponemos la leche condensada en un bol, a ser posible de cristal para que veamos que está todo bien mezclado. 
A continuación, vertemos el zumo de limón previamente pasado por un colador y la ralladura de limón. Es muy importante que solo rallemos la parte amarilla, ya que la parte blanca puede amargar. Mezclamos todo muy bien y reservamos.
Con ayuda de un robot de cocina montamos la nata que tiene que estar bien fría. Debemos de tener mucho cuidado de no pasarnos de montado o de lo contrario obtendremos mantequilla.
Añadimos la mitad de la nata montada al bol de la leche condensada y mezclamos con ayuda de una lengua pastelera con movimientos envolventes para que la nata se baje lo menos posible. Incorporamos la otra mitad de la nata y mezclamos todo muy bien con la lengua pastelera.  Pasamos al molde junto a las galletas y alisamos la superficie lo mejor que podamos.
Dejamos reposar un mínimo de 2 horas, aunque es mejor dejarla de un día para otro para que se intensifique su sabor.
Pasado ese tiempo desmoldamos con mucho cuidado y ya podemos disfrutar de una tarta refrescante e ideal para los días de calor. Un saludo a todos.



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