En una receta anterior elaboramos un bizcocho de vainilla. Pues bien, hoy vamos a hacer uno de chocolate. El procedimiento para elaborarlo es prácticamente el mismo, la diferencia es que a éste se le añade cacao en polvo para darle un color y un sabor a chocolate. Queda muy esponjoso y se puede usar tanto para tartas como para comerlo solo o con un vaso de leche.
INGREDIENTES:
- 120 gr. de harina de trigo
- 80 gr. de cacao puro en polvo
- 180 gr. de azúcar
- 1 sobre de levadura en polvo
- 90 ml. de aceite de girasol
- 180 ml. de leche
- 4 huevos
- 1 cucharada de aroma de vainilla
- Una pizca de sal
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 180º.
Seguidamente, separamos las claras de las yemas, guardando las claras en
la nevera mientras seguimos preparando el bizcocho. En el mismo cuenco
donde hemos puesto las yemas, añadimos el aceite de girasol, la leche,
la cucharada de esencia de vainilla, el azúcar y batimos todos los
ingredientes hasta conseguir una mezcla homogénea.
Tamizamos la harina y el cacao en polvo, mezclamos con la levadura, y poco a poco vamos
agregando a la mezcla de las yemas hasta que todo se integre.
Seguidamente, sacamos las claras de la nevera y las montamos a punto de
nieve. Para que las claras monten mejor le añadimos una pizca de sal.
Cuando ya hayan montado, las incorporamos a la mezcla anterior con una
lengua pastelera y mezclamos todo bien con movimientos envolventes para
que las claras no se desmonten.
Una vez que esté todo bien mezclado, engrasamos con mantequilla el fondo
y los laterales de un molde y forramos con papel vegetal para evitar
que se pegue.
Horneamos a 180º con calor arriba y abajo, pero sin ventilador y a media
altura. Suele tardar unos 50 minutos en estar horneado, pero todo depende del
tamaño del molde que usemos y del horno que tengamos.
Es importante no abrir el horno hasta que hayan pasado 30 minutos para evitar que el bizcocho se baje y no suba más.
Cuando ya hayan pasado esos 30 minutos, podemos tapar el bizcocho con papel de aluminio para evitar que se queme por arriba.
Para comprobar si el bizcocho ha cuajado, pinchamos con un pincho de hierro y si éste sale limpio es que el bizcocho está listo.
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